• VISIÓN: La Iglesia ve claramente lo que Dios quiere que sea y haga como cuerpo de Cristo en acción.
Esta visión cumple Sus propósitos redentores y encamina la Iglesia en misión.
• Decisiones con respecto al trabajo, fondos, construcción, etc., se basan en la misión.
• LIDERAZGO: A la Iglesia le sirven las personas llamadas que en tienden la visión, la comunican con
claridad a la congregación, empoderan, y organizan al cuerpo para llevarla a cabo y hacerla realidad.
• CUERPO MINISTRANTE: Los miembros de la Iglesia trabajan juntos usando sus dones,

con responsabilidad en la congregación y en la comunidad.
• RECURSOS: La Iglesia desafía a los miembros a ser buenos mayordomos de sus posesiones y bienes.
Emplea sus recursos (tiempo, talento y tesoro) para realizar la obra del Reino de Dios en ella misma
y en su comunidad. La iglesia usa sus talentos sabia y transparentemente.
• CULTURA: Una Iglesia saludable tiene en cuenta su ubicación geográfica, los factores sociales y
económicos, culturales, etc. Si bien el mensaje del Evangelio no cambia, los métodos para cómo
comunicarlos pueden hacerlo, con el objetivo de plantar una nueva cultura del Reino de Dios.
• CULTO INSPIRACIONAL: La Iglesia se reúne como familia de Dios para encontrarse con Él en adoración,
confesión y gratitud, para consagrarse a una vida de servicio y oración para alabanza de su nombre.
• COMUNIÓN EN RELACIONES: Los miembros se ayudan mutuamente en sus cargas mostrando así el
amor y la compasión de Dios. Las relaciones se basan en la cultura de honra y honor.